miércoles, 30 de diciembre de 2015

EN CABALLITO

En medio de Caballito, en Espinosa 574 todavía conserva su estructura casi completa lo que fuera un coqueto cine que tuvo diversos nombres. Se inauguró como La Chispa, luego homenajeó a la actriz y cantante Libertad Lamarque en la década del 40 llamándose como ella, en breve lapso se denominó Mi Cine y finalmente como Select Caballito o simplemente Caballito hasta su cierre definitivo a principios de los años 60.(foto de 1995).

EL URQUIZA DE PARQUE PATRICIOS

Uno de los tradicionales cines que los vecinos no se resignan a dar por perdido es el Cine Teatro Urquiza de Parque Patricios, ubicado sobre la avenida Caseros 2832. Esta lujosa sala para la época con capacidad para 1600 espectadores, distribuidos entre platea, tertulia y palcos, fue inaugurada el  20 de mayo de 1921. Su hermosa fachada  que se inscribe dentro del estilo eduardiano con influencias renancentistas, presenta tres amplios ventanales y una marquesina semicircular, además de tener en su interior el techo corredizo. Como en otros cines cabecera de barrio, supo ser escenario para la presencia de grandes artistas populares como Carlo Gardel, Tita Merello y Agustín Magaldi entre otros. Cerró sus puertas a mediados de agosto de 1962. En los últimos años, la planta baja del cine fue ocupada por un supermercado chino y ante el cierre de este comercio en 2013 la empresa constructora dueña del predio planteó su demolición para construir un edificio con cocheras, lo que generó la movilización de los vecinos. Actualmente una comisión lucha por su reapertura a pesar de que la jueza Lidia Lago desestimó el amparo aduciendo no encontrar pruebas sobre el valor patrimonial del mismo.  Se pretende en ese amplio predio de 1000 mts” erigir una torre de departamentos

lunes, 28 de diciembre de 2015

AMÉRICO TESORIERE Y EL CINE MINERVA

Este treinta de diciembre se cumplirán 35 años de la muerte de Américo Tesoriere, legendario arquero de Boca Juniors, club en el que atajó desde 1918 hasta 1927. En esta etapa del todavía fútbol amateur obtuvo seis campeonatos con su equipo y dos Copa América con la selección nacional. Ya retirado, en la década del cincuenta incursionó en la industria cinematográfica al adquirir el cine Minerva, que estaba situado en Rivadavia 7428 en el barrio de Flores.  El mismo era un cine de mala fama conocido –como tantos otros de esas características como “La Piojera”-  Había abierto sus puertas tempranamente en los años 30 y su primer propietario había sido el señor Emilio Falco, y el arquitecto constructor R. Martínez Vivot.  Su hermosa fachada aún sobrevive, aunque bastante descuidada. Tras su cierre, circa de 1960, fue depósito de muebles todavía bajo propiedad del ex arquero zeneize, y luego se transformó en local bailable con diferentes nombres, primero The End y actualmente Bellakeo. 

sábado, 26 de diciembre de 2015

EL NUEVO RITZ

CINE ARTE EN LA AVENIDA CABILDO
El primer cine del que se tiene noticia ubicado sobre la avenida Cabildo fue un biógrafo de nombre Las Familias, sito en Cabildo 685 casi Federico Lacroze en el límite con Palermo, que fue propiedad, en la primera década del siglo pasado, de los Hermanos Anselmi, dedicados con mucho éxito y fama, a la actividad circense. En los años 30 en ese mismo local pasó a llamarse Ritz. Esta tradicional sala de barrio da un vuelco hacia el mejor cine en 1966 cuando es adquirido por Salvador di Silvestro. Esto sucede cuando un antiguo boletero del Condal de Almagro y que ya poseía en sociedad otros establecimientos porteños como el Etoile Palace, el Loria, Sáenz, Pellegrini, Odeón Palace, el Palais Blanc y el Palais Blue (estos tres último sobre la avenida Santa Fé), decide por fin tener su propia empresa. Tras  dos años de transformaciones que lo convierten en uno de los más coquetos de la zona se reinaugura como Nuevo Ritz en 1968 con la proyección del film franco- italiano ”Estoy terriblemente enamorada”, y con un programación integramente dedicada al cine arte merced a la orientación dada por su hijo Francisco di Silvestro. Será recordado simepre por su doble programa de "Perdidos en la Noche" y "El Graduado", o por sus trasnoches de "Woodstock" durante la primera mitad de los 70. Permanecerá abierto hasta el 21 de setiembre de 1977 cuando tras la proyección de la gran obra de Luis Buñuel “Los Olvidados” da por terminado este ciclo ( Ver "La historia del Nuevo Ritz "de Francisco “Pancho” di Silvestro). Poco después y con un nuevo dueño cambiará su nombre por el de Fantasy con el que cerró definitivamente sus puertas a medidos de los años 80.

jueves, 24 de diciembre de 2015

LA AVENIDA BOEDO Y SUS CINES

La avenida Boedo, que da el nombre al barrio homónimo, supo albergar una buena cantidad de establecimientos cinematográficos, constituyéndose en uno de los polos más atractivos de la ciudad. En total hubo seis salas. Yendo de norte hacia el sur la primera que encontramos es el Los Andes en su domicilio del 777, se inauguró en 1926, en un predio que había sido ocupado por dos grandes circos de la época como el Politeama y el de los Hnos Anselmi. Una placa en el lugar recuerda que Carlos Gardel cantó allí.
En la cuadra siguiente, en el 858 tuvo su domicilio el Cuyo que comenzó sus proyecciones en noviembre de 1945 y fue clausurado en 1992. Enfrente estaba el cine Alegría, en el 875 que abrió sus puertas en 1920, perteneciente a la firma Auger. Luego pasó a llamarse Select Boedo (foto) y con ese nombre cerró en el primer semestre del año 60. Entre Humberto Iº y San Juan, en el número 949 nació en 1905 el teatro Boedo construido por un catalán vendedor de aceite llamado Jaime Cullen, en el 1919 comenzó a dedicarse exclusivamente al séptimo arte. En 1930 lo adquiere Alfredo Lamacchia en sociedad con Ramón Otegui, y vuelven a la actividad teatral abriendo la temporada con la obra “Lo que le pasó a Reynoso” de Vacarezza  con Elías Alippi. En 1936 se remató y lo adquirió el mismo Lamacchia. Acabó siendo demolido el 21 de julio de 1959. Ya en el 1063 se ubicaba el más importante de los cines de este barrio: el Nilo. De una arquitectura monumental, decorado por dentro por el artista Antonio Semenzato fue inaugurado el 8 de marzo de 1929 con una función artística en honor y a total beneficio del Club Social Mariano Boedo, con un programa integrado por los filmes “Cazadores de Mar" y "Bésame, Bésame". Contrariamente a lo que puede pensarse su nombre no obedece al gran río africano sino al de su dueño el Sr. Nilo Gigliotti que lo levantó en los terrenos que supo ocupar alguna vez el Circo Politeama en 1915, donde luego estuvo el Teatro de Verano del comediógrafo y poeta José González Castillo. En 1978 fue vendido al Hogar Croata y corresponde a una sucursal de una importante cadena de electrodomésticos. El último y más alejado de los cines sobre esta central avenida fue el Follies, en Boedo 1941, que cerró el martes (día de damas) 26 de setiembre de 1961 con una grilla integrada por Gringalet, Barrio Gris y Detrás de un largo Muro. 

miércoles, 23 de diciembre de 2015

EL CADÁVER DE EVITA EN EL RIALTO

Se nos acaban los disgustos, mayor. Vamos a llevar el ataúd a un cine”   Santa Evita, Tomás Eloy Martínez


La  trastienda del cine Rialto, que estaba ubicado en la avenida Córdoba 4283, fue escenario de un dramático acontecimiento de nuestra historia. En ese sitio estuvo depositado por un corto tiempo el cadáver de la señora Eva Perón poco después del triunfo de la llamada Revolución Libertadora. En su novela Santa Evita, Tomás Eloy Martínez relata el macabro periplo del su cuerpo embalsamado luego de haber sido sustraído de la sede de la CGT y que culminaría como NN  en un cementerio de Milán. La ardua misión le fue encomendada a un oscuro coronel del ejército, quién asaltado por el paranoico temor de que la incipiente resistencia peronista le arrebate el cadáver lleva a cabo una tragicómica peregrinación, una de sus escalas fue un viejo cine ubicado entre Villa Crespo y Palermo, cuyo dueño habría sido un antiguo oficial de inteligencia. En el mencionado libro Yolanda Astorga de Ramallo, hija del chino Astorga, operador del Rialto relata: “Entre noviembre y diciembre de 1955 llevaron al cine un cajón grande, como de metro y medo, de madera lustrada. Lo dejaron detrás de la pantalla. Lo trajeron una tarde antes de la función matineé. Ese día daban Camino a Bali, La Ventana Indiscreta y Abbott y Costello en la Legión Extranjera”.  Si bien la hija del operador habla de una estancia del ataúd de dos o tres semanas, las anotaciones del coronel hablan de 68 días, desde el 14 de diciembre de 1955 hasta el 20 de febrero del año siguiente. 
El cine Rialto cerró definitivamente en las navidades de 1991

lunes, 21 de diciembre de 2015

EL BIÓGRAFO DE LOS GARAVANOS

En 1910  se abre la primera sala del barrio del entonces casi suburbano barrio de Liniers dedicada a esta flamante industria en desarrollo del cinematoórafo. El acontecimiento se produce gracias a la acción de una familia tradicional de propietarios y comerciantes en esta parte de la ciudad: la familia Garavano. Este grupo de descendiente de don Antonio Garavano caracterizado habitante de la vecina Ciudadela. El mismo se encontraba ubicado en la Avenida Rivadavia casi esquina Murguiondo y su apertura fue promocionada con  volantes confeccionados manualmente que  rezaban “GRAN ACONTECIMIENTO EN LINIERS. LLEGO EL BIÓGRAFO” según nos relata el bloggista Nacho Messina en su portal “El Divino Don de la Palabra”. De acuerdo a este autor, el flamante establecimiento era una sala  de 48 metros cuadrados que daba a la calle y se llamó o conoció como “Café y Biógrafo de los Garavanos”. La entrada costaba 30 centavos y tal la costumbre de la época, en los intervalos, se servía un café o un capuchino. En su corto historial merece recordarse una conferencia brindada por el Dr. Juan B. Justo en este local organizada por el Centro Socialista de Liniers con muy buena convocatoria de público en setiembre de 1917. (Foto de la primitiva estación Liniers)

sábado, 19 de diciembre de 2015

EL PRIMER CINE

La cinematografía llegó a nuestra ciudad con el arribo del siglo XX. El primer establecimiento dedicado a la flamante industria se inauguró en el año 1900. A propósito del hecho el periódico gremial “La Película”  en su edición del 30 de setiembre de 1942 publica: “Existía en la calle Cangallo  entre Cerrito y Artes (Carlos Pellegrini) un comercio de artículos fotográficos cuya firma Gregorio Ortuña y Cía, se hallaba muy vinculada a fabricantes franceses, entre quiénes se contaban los hermanos Lumiére, productores de placas fotográficas y otros materiales afines. Precisamente, la vinculación con los Lumiére le proporcionó a esa firma una partida de películas de muy corto metraje con las cuales se animó a abrir un local donde proyectarlas. Con la animosa colaboración del socio don Ángel Rodríguez Melgarejo, alquiló la finca situada en la calle Maipú 471 al 79, entre Corrientes y Lavalle, propiedad de la familia Cossio, estableciéndose allí la primera sala de exhibiciones de películas bajo el nombre de Cinematógrafo Nacional”. En realidad aquello era una casa de familia acondicionada de escasa capacidad, por la que el comerciante abonaba una suma de 300 pesos de la época y estaba abierto de 20 a 23 hs, con una función matinée los días domingo.  La administraba y actuaba a su vez como operador y socio el señor Luis A. Fibia. Poco tiempo después el Cinemátografo Nacional se trasladaría a Corrientes 846, donde tiempo funcionaría, hasta principios de la década del 60, el Cine Porteño.