miércoles, 23 de diciembre de 2015

EL CADÁVER DE EVITA EN EL RIALTO

Se nos acaban los disgustos, mayor. Vamos a llevar el ataúd a un cine”   Santa Evita, Tomás Eloy Martínez


La  trastienda del cine Rialto, que estaba ubicado en la avenida Córdoba 4283, fue escenario de un dramático acontecimiento de nuestra historia. En ese sitio estuvo depositado por un corto tiempo el cadáver de la señora Eva Perón poco después del triunfo de la llamada Revolución Libertadora. En su novela Santa Evita, Tomás Eloy Martínez relata el macabro periplo del su cuerpo embalsamado luego de haber sido sustraído de la sede de la CGT y que culminaría como NN  en un cementerio de Milán. La ardua misión le fue encomendada a un oscuro coronel del ejército, quién asaltado por el paranoico temor de que la incipiente resistencia peronista le arrebate el cadáver lleva a cabo una tragicómica peregrinación, una de sus escalas fue un viejo cine ubicado entre Villa Crespo y Palermo, cuyo dueño habría sido un antiguo oficial de inteligencia. En el mencionado libro Yolanda Astorga de Ramallo, hija del chino Astorga, operador del Rialto relata: “Entre noviembre y diciembre de 1955 llevaron al cine un cajón grande, como de metro y medo, de madera lustrada. Lo dejaron detrás de la pantalla. Lo trajeron una tarde antes de la función matineé. Ese día daban Camino a Bali, La Ventana Indiscreta y Abbott y Costello en la Legión Extranjera”.  Si bien la hija del operador habla de una estancia del ataúd de dos o tres semanas, las anotaciones del coronel hablan de 68 días, desde el 14 de diciembre de 1955 hasta el 20 de febrero del año siguiente. 
El cine Rialto cerró definitivamente en las navidades de 1991

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